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Cuando decidimos iniciar un negocio comenzamos soñando con el mejor y más optimista de los escenarios, nos ponemos a pensar en todo lo bueno y bonito que puede pasar derivado de nuestra idea. Pensamos, creamos y proyectamos en nuestra mente todo el alcance que le vemos a la idea que se nos ocurrió y es un momento mágico.
Después comienzan las planeaciones, el presupuesto, las cotizaciones, la búsqueda de proveedores, etc., y es donde comienzan las primeras bajadas de la nube en la que andamos, para este punto ya consideramos algunos de los posibles riesgos y posiblemente también existan algunas dudas sobre si se logrará el cometido o no.
Posteriormente viene la época de plantar los pies mas en la realidad, ya surgieron incumplimientos, inconformidades entre socios, problemas para cumplir lo que a un inicio nos pareció maravilloso prometer, comienzan los contratiempos reales; pero la gran mayoría de nosotros los emprendedores sabemos que podemos sobreponernos a todo esto y más y decidimos continuar, sabemos que nuestra idea vale mucho mas que cualquier problema que nos podamos topar, pero el riesgo y la duda sigue, existe y persiste.
La vida sigue avanzando, la planeación va mejorando, todo está mas aterrizado, tenemos socios y proveedores apalancados, el negocio se va acomodando y estamos tremendamente emocionados por comenzar.
El día de lanzarse finalmente al mercado ha llegado, la respuesta es buena, el público quiere y acepta el producto, todo va viento en popa y es genial, el corazón se nos explota y queremos gritar de todo el brillo que deslumbra, sin embargo, no todo será felicidad…
Por esa razón, y con nuestra experiencia en el área de consultoría queremos compartirte las 10 cosas que hemos visto que fallan con más frecuencia para que lo tengas en cuenta y minimices los riesgos al comenzar tu negocio:
Elige bien a tus socios, lo doloroso de la traición es que nunca viene de un desconocido.
Investiga TODO lo que puedas sobre tu producto o servicio y lo que lo rodea, desde un empaque hasta los factores macroeconómicos, recuerda que la información es poder.
Busca la opinión de gente con experiencia en el mercado, la experiencia es algo que no se puede comprar.
Piensa en un plan B, C, D ¡y hasta Z! recuerda que los factores que rodean tu negocio son más volátiles de lo que crees.
Considera tu SEGURIDAD y vulnerabilidad, personal y de tus producto o servicio, ¿estás prevenido en caso de robo, desastre natural o pandemia?, por poner algunos ejemplos.
JAMÁS subestimes a la competencia, estudia bien el terreno que vas a pisar
Ten MUY CLARO qué ofreces y por qué es especial, si tú no lo sabes con claridad y no logras comunicarlo correctamente, absolutamente nadie mas lo hará.
Toma previsiones a la hora de hacer tratos con las partes involucradas, considera contratos, consecuencias, incumplimientos y todo lo que se te ocurra.
Haz tus NÚMEROS, considera TODOS LOS GASTOS, siempre será preferible una tendencia alcista y pesimista que pueda sorprenderte, a una optimista que confíe en la variación del mercado.
Lo más importante, cuando revises tu planeación, pregúntate ¿qué puede salir mal?, ahora sabes que la respuesta es “TODO” así que tu tarea es darles solución a todos esos posibles conflictos, de esa manera, si surgen estarás listos, y si no ocurren tendrás demasiada ventaja sobre tu competencia.
Pero ante cualquier reto, no olvides mantener la actitud positiva para llevar a cabo tus sueños, el mundo necesita emprendedores como TÚ. Esperemos que sea de tu agrado y nos dejes tus comentarios.
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